Por mi profesión de cantante y mi inquietud de melómano y coleccionista amateur siempre estuve muy vinculado a la música y a la historia de los cantantes del mundo. Quienes me conocen saben que no me es ajeno Gardel pero tampoco Jorge Negrete o Judy Garland o Edith Piaff por citar solo algunos nombres ilustres.
Siempre vi a los artistas desde la sensibilidad habitual del gusto por la música y también como cantante espectador.
A los mencionados no tuve el privilegio de verlos en vivo pero si pude asistir a conciertos de famosos cantantes en diversos estilos musicales. De todos ellos elijo especialmente a Raphael quien con 81 años está atravesando una situación de salud que influye en su vida personal y de artista.
Debería corregirme y escribir artista con mayúsculas porque a decir verdad no vi nada parecido en un escenario.
Siempre me pregunté si alguien se tomará algún día el arduo trabajo de recopilar y escribir la cronología total de presentaciones del “eterno niño de Linares” en más de 60 años de trayectoria. Una muy difícil tarea ya que a lo largo de su carrera viene realizado actuaciones en giras por el mundo recorriendolo una y otra vez, siempre renovado y vigente y dueño absoluto de la escena.
No creo que exista un caso igual en la historia de la música. Ni que vuelva a repetirse y más aún en tiempos de avance y ayuda tecnológica, un artista que con su sola presencia en escena pueda tener en vilo a la audiencia no solo con su gran voz, también con su presencia escénica y haciendo verdaderas creaciones de las famosas canciones de su repertorio.
En él conviven las dos caras del teatro. La del drama y la comedia con su alegría incluida, sea por una gran interpretación dramática o por hacer bailar al público la famosa “Escándalo” durante el concierto.
Raphael es una figura icónica y es también un trabajador de la música que se adapta a cualquier escenario, ya sea una arena o un teatro en donde siempre encontrará el hueco por dónde entregarse.
En verdad este escrito no pretende ser un dechado de fanatismo ni mucho menos pero debo decir que hasta en alguna ocasión le encontré la voz como avecinando problemas de esos que tenemos todos los cantantes, para verlo luego renacer con su voz poderosa y concluir la noche en grandes ovaciones. Además de disfrutar de sus conciertos a los que asisten distintas generaciones siempre me gustó observar al público en la previa y en una ocasión escuché conversar a unos señores que acompañaban a sus esposas por primera vez a ver a Raphael y antes del concierto los vi burlase de sus gestos y hacer bromas típicas del machista habitual para luego de la segunda canción verlos gritar y aplaudir de pie como si lo siguieran de toda la vida.
Es que sin dudas a pesar de sus grandes discos al niño hay que verlo en directo porque la experiencia es única y superior.
Tuve la oportunidad en una ocasión gracias a mi amigo Victor Hugo Morales y su entonces productora Fabiana Segovia que me permitieron estar presente en una entrevista radial de poder saludarlo a Raphael y decirle que siempre tuve la sensación en sus conciertos de que no había pagado nunca la entrada, ya que tanto había dado en escena que me sentí siempre un invitado de lujo.
El gran artista está pasando un momento de salud que lo aleja momentaneamente de los escenarios y estas lineas en definitiva quizás solo busquen hacerle llegar los mejores deseos de recuperación y retorno.
Raphael siempre tuvo desapego por la nostalgia y el pasado. Siempre miró hacia adelante e imagino respetuosamente si esta vez no estará sintiendo nostalgia de su viejo amigo de toda la vida que es el escenario. Desde Buenos Aires es mi deseo que se recupere a pleno y que pronto pueda reencontrarse con el.
Ojalá si dios en verdad existe le sonría una vez más a su pequeño tamborilero y lo bendiga para seguir adelante.
@P12