China ha registrado un crecimiento significativo en la distribución de tierras agrícolas, alcanzando más de 128 millones de hectáreas, según el censo nacional de uso de suelo de 2023.
Este aumento incluye tierras de secano, con un 50%, arrozales con un 24,3% y tierras irrigadas con un 25,6%. Además se destacan iniciativas en la región sur del país, donde más de 1.500 proyectos piloto desde 2019 han añadido 44.000 hectáreas cultivables y reducido 10.000 hectáreas de terreno destinado a construcción.
Los proyectos de mejora de tierras de alta calidad han sido fundamentales para garantizar la seguridad alimentaria. Hasta finales de 2022, más de 66 millones de hectáreas fueron modernizadas, lo que ha permitido mantener la producción de granos por encima de los 650 millones de toneladas métricas anuales, según información de
China Daily, socio de la red TV BRICS.
China también enfrenta desafíos como la degradación de tierras agrícolas y la contaminación por metales pesados. Desde 2021, se han ejecutado más de 1.880 proyectos de renovación de irrigación y se han protegido más de 20 millones de hectáreas de suelo negro.
Los esfuerzos para reducir la contaminación muestran avances, según datos de monitoreo. Actualmente, el país realiza su tercer censo nacional de suelos para recolectar información clave sobre propiedades del suelo, tipos y uso, fortaleciendo aún más las bases para una agricultura sostenible.
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