Un gasoducto de última generación que conecta a China y Rusia comenzó a operar, marcando un nuevo paso en la colaboración energética entre ambos países. Así lo informa CGTN, socio de la red TV BRICS.
El gasoducto tiene una capacidad anual de 38 mil millones de metros cúbicos y se extiende por más de 5.000 kilómetros, conectando Heihe, en la provincia de Heilongjiang, con Shanghái.
El proyecto, que estuvo casi una década en desarrollo, atraviesa nueve regiones a nivel provincial. Según la fuente, el gasoducto desempeñará un papel clave en la estabilización del suministro de gas natural en el este de China, especialmente durante los períodos de alta demanda este invierno y primavera.
Lo que distingue a este gasoducto es el uso de tecnologías avanzadas de automatización. Por primera vez en China, se han desplegado robots de inspección a prueba de explosiones, montados sobre rieles, para monitorear secciones clave.
Estos robots, equipados con cámaras y dispositivos de imagen infrarroja, realizan inspecciones de manera autónoma, reduciendo significativamente la necesidad de monitoreo manual.
Los robots operan sin problemas, realizando tareas preprogramadas y recolectando datos en tiempo real, mejorando la seguridad y eficiencia.
Este desarrollo no solo refuerza la seguridad energética, sino que también representa un gran avance en la utilización de tecnología avanzada para modernizar proyectos energéticos a gran escala.
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