Dentro de la nueva generación de presentadores del estado del tiempo en la radio y la televisión cubanas, el joven Elier Pila Fariñas es uno de los más seguidos por la población, dada la seguridad, confianza y precisión que muestra en cada una de sus apariciones.
Es por ello que, al celebrarse hoy, 23 de marzo, el Día Meteorológico Mundial, bajo el lema A la vanguardia de la acción por el clima, Granma se propuso reflejar el quehacer de este investigador y especialista principal del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología (Insmet), nacido en La Habana el 16 de febrero de 1986.
–¿Cuándo surgió tu interés por la Meteorología?
–En nuestro país, casi la mayoría de las personas tiene algo de meteorólogo, unos más y otros menos, pero existe una cultura bastante afincada en nuestra población, incluso se dice que el cubano discute tanto de meteorología como de pelota.
«Yo no fui una excepción y, cuando era niño, hasta intenté construir por cuenta propia algunos instrumentos para medir la cantidad de lluvia y otras variables, pero al final no logré concretar ninguno.
«Siempre me gustó esa disciplina y tuve la suerte de que, cuando terminé la enseñanza media superior, en el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Vladímir Ilich Lenin, en 2003, abrió nuevamente la carrera de Meteorología, después de muchos años cerrada.
«Tuve que hacer pruebas de aptitud y vencer exámenes bien difíciles de Matemática, Física y Química, además de tests sicométricos. Hubo un momento en que dudé en presentarme, porque uno de los requisitos era tener un acumulado general promedio en las notas del Pre de más de 95 puntos, y yo en décimo grado terminé con 91 en Física.
«Los profesores del hoy denominado Instituto de Ciencias y Tecnologías Aplicadas (Instec), donde se cursaba la carrera, insistieron en que lo hiciera, pues según los resultados de las pruebas de ingreso, podía acceder a ella.
«Conté con profesores excelentes, entre ellos Gisela del Valle, María Josefa Codorniú, Marifí y Alfo Batista. En primer año, llegué a recibir clases del desaparecido Armando Lima. Asimismo, fue una verdadera satisfacción tener profesores que luego fueron mis compañeros de trabajo, como son los casos de mi tutora, la doctora Cecilia González Pedroso, y las doctoras Maritza Ballester y Gisell Aguilar Oro, lamentablemente fallecidas».
–¿Cuándo empiezas a trabajar en el Centro de Pronósticos del Insmet?
–Me gradué como Licenciado en Meteorología en 2009, y entré a trabajar de inmediato en el Departamento de Satélite, perteneciente al Centro de Pronósticos. Ahí recibí una sólida formación profesional en el análisis de las imágenes satelitales, que mucho me ha ayudado en mi labor actual vinculado al pronóstico. También, y al igual que sucede con los restantes egresados, roté por las distintas áreas de trabajo, algo verdaderamente útil en nuestra capacitación.
«Son muchos los especialistas a los cuales les debo en mi crecimiento profesional. A los nombres antes mencionados, sumo también al doctor José Rubiera, al máster Miguel Ángel Hernández y al fallecido Rolando Martínez Cantero quien, ya jubilado, seguía siendo una enciclopedia en el tema de los ciclones tropicales y el pronóstico del tiempo.
«Con la experiencia aportada por ellos y otros colegas, comprendí que, si bien la precisión de los pronósticos a corto plazo ha mejorado de manera significativa, gracias al desarrollo de modelos numéricos cada vez más efectivos y demás avances tecnológicos, el meteorólogo siempre debe mirar al cielo para observar los tipos de nube, su dirección de desplazamiento, elementos claves a la hora de hacer una predicción sobre el estado del tiempo».
–¿De qué manera te vinculas a la radio y la televisión?
–Mi primera aparición en la televisión fue cuando apenas tenía dos años. Ocurrió en una filmación que se hizo en el Estadio Latinoamericano, para las aventuras Los pequeños campeones. Ya la parte profesional vino, a principios de 2012, cuando el doctor Rubiera pidió a varios jóvenes hacer las pruebas de cámara, con la finalidad de incorporarnos al reducido grupo de especialistas que daba la información meteorológica en los medios.
«Salí en la TV por primera vez en la revista Buenos días, el 27 de marzo de 2012, lo recuerdo sobre todo porque la fecha coincide con el cumpleaños de mi papá. Esa grabación la conservo.
«Todavía me pongo nervioso cuando la presentación es en vivo, en particular si tengo que hablar de una situación complicada relacionada con la amenaza de algún evento peligroso. Nosotros improvisamos, no tenemos escrito en una pantalla lo que vamos a decir.
«Uno de los momentos más tensos que he enfrentado en la televisión fue cuando el huracán Irma, en septiembre de 2017. El doctor Rubiera no estaba en Cuba y tuve que asumir, ante la mirada de millones de televidentes, la responsabilidad de explicar de la forma más sencilla posible y sin mostrar nerviosismo, lo que implicaba el impacto directo de ese potente huracán, a un público acostumbrado a la serenidad y fácil comprensión del profesor Rubiera.
«Respiré cuando lo vi llegar al estudio de televisión y le cedí la palabra, horas antes de que Irma comenzara su azote al territorio nacional.
«Luego de 12 años en la televisión, aún me resulta llamativo cómo las personas, al reconocerme en la calle, hacen todo tipo de preguntas, si habrá calor, frío, cuándo lloverá, sobre la temporada ciclónica, por qué no se cumplió el pronóstico. Pero el usuario más exigente que tengo es mi pequeño hijo de ocho años, quien me “increpa muchísimo”, cuando tenemos planificado jugar al aire libre y le sorprende una lluvia que su papá no vaticinó».
Granma