Cuba | Un apasionado de la ecología y la botánica en Cuba

Cuba | Un apasionado de la ecología y la botánica en Cuba

El doctor en Ciencias Biológicas René Pablo Capote López, una de las voces más autorizadas del país en la esfera de las ciencias biológicas, agradece a su familia el amor por la naturaleza que le inculcaron desde pequeño.

Nacido en la ciudad de Santiago de Cuba el 21 de diciembre de 1950, cuenta que en el surgimiento de aquella temprana inclinación mucho influyó el contacto con las plantas de su abuela Enma, las estancias en fincas y los paseos en bote y baños de mar en la playa Siboney y en un río en Jiguaní, junto a sus padres Eugenio René y Magalys Gertrudis.

Pero el adolescente santiaguero nunca imaginó que la mayor parte de su existencia, transcurriría en el actual artemiseño pueblo de Guanajay, específicamente en el barrio La Laguna.

La historia de su asentamiento definitivo en ese lugar se remonta al año 1966, cuando vino para La Habana a fin de hacer el preuniversitario y pasar el servicio militar, en la otrora escuela Héroes de Yaguajay.

Allí conoció y se hizo novio de la joven Caridad Augusta Fuentes Saro, quien también cursaba ese nivel de enseñanza en el referido centro escolar y residía en Guanajay.

«Convivir con la familia Fuentes Saro marcó una nueva etapa de mi vida llena de enseñanzas. Cacha, como le decían a Caridad, fue mi esposa a lo largo de 50 años, hasta su fallecimiento en 2017. Tuvimos dos hijos, Mavis y René, ambos profesionales y cuatro nietos. Mi hijo René Tomás Capote Fuentes siguió mis pasos, y es un reconocido especialista en manejo y aprovechamiento de recursos naturales».

Para el doctor René Capote, el apoyo de la familia ha sido imprescindible en su desarrollo profesional como investigador y profesor, y en el logro de los resultados relevantes alcanzados durante casi medio siglo de vida laboral, en el plano nacional e internacional, a pesar de haber vivido siempre en provincia.

PASIÓN POR LA INVESTIGACIÓN

Luego de graduarse de Licenciado en Biología en la Universidad de La Habana, en 1973, el doctor Capote López tuvo en la fallecida doctora Leda Menéndez Carrera, su compañera de estudios en la carrera, la más firme aliada para buscar el centro científico apropiado que les permitiera trabajar y estudiar la ecología.

«Los dos nos vinculamos al entonces Instituto de Botánica de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC), después Instituto de Ecología y Sistemática de la Agencia de Medio Ambiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), del cual soy fundador y en el que he trabajado por más de cuatro décadas en temáticas como vegetación, conservación y ecología del paisaje en investigaciones relacionadas con ecosistemas, paisajes, cambio climático, áreas protegidas y corredores biológicos».

El también profesor Titular de la Facultad de Biología de la uh y miembro de Mérito de la ACC desde 2011, en la Sección de Ciencias Naturales y Exactas, estuvo al frente de diferentes proyectos investigativos en geobotánica y ecología, que tributaron resultados científicos de sumo valor.

Figuran en la relación el Mapa de Vegetación Actual de Cuba 1:250 000, Evaluación de las características ecológicas de Parques Nacionales y Reservas de Biosfera en Cuba; Reforestación Sucesional y Planificación Ecológica en Sierra del Rosario; Propuesta de aprovechamiento de la Reserva de Biosfera Sierra del Rosario para Ecoturismo; Estudio geográfico integral en zonas montañosas y los Estudios Aeroespaciales de la cobertura vegetal para el vuelo espacial conjunto Unión Soviética-Cuba.

Asimismo, contribuyó de manera significativa en el diseño e implementación del Programa Nacional de Cambio Climático, la Tarea Vida y la Estrategia Nacional para la Diversidad Biológica y el Plan de Acción de la República de Cuba.

En su diálogo con Granma, el doctor René Pablo Capote recalcó que recuerda con particular satisfacción su participación en el establecimiento de las áreas protegidas cubanas, y en la creación de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rosario, la primera proclamada en Cuba por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en 1985, por sus importantes atributos naturales; así como en la Reserva de la Biosfera Baconao, creada en 1987 y localizada en el sur de las provincias de Santiago de Cuba y Guantánamo.

Miembro del Comité Cubano Hombre y Biosfera (MAB-Unesco), es uno de los autores de la monografía para el Estudio de los bosques siempreverdes de la Sierra del Rosario y en 2001 fue elegido Líder Ambiental Mundial por la Universidad de Columbia en Nueva York, Estados Unidos, teniendo en cuenta sus aportes en la conservación de la naturaleza en Cuba.

En 1984 publicó la Clasificación de las formaciones vegetales de Cuba, obra de referencia hasta el presente para el sistema de comunidades vegetales cubanas, incluida su aplicación al uso y conservación de los recursos naturales del país.

La misma fue publicada en la revista del Jardín Botánico Nacional, en coautoría con la doctora Rosalina Berazaín, y está documentada como la publicación botánica más citada en el siglo xx en nuestro país.

Por sus aportes en la investigación, entre 1978 y 2009 recibió 12 premios nacionales de la Academia de Ciencias de Cuba, en condición de autor o coautor.

Autor del Capítulo Cuba en el Inventario Florístico de los Países Tropicales del New York Botanical Garden, y coordinador de sección e integrante del comité de redacción del nuevo Atlas Nacional lx Aniversario, el profesor René Pablo Capote mereció recientemente el Premio Nacional de Medio Ambiente 2023.

«Es un reconocimiento que comparto con mi familia personal y profesional, sin las cuales jamás hubiera podido realizar tantas investigaciones en favor de la conservación y manejo de la naturaleza. Quiero resaltar de modo particular el apoyo recibido de mis compañeros de trabajo del Instituto de Ecología y Sistemática, varios de ellos devenidos hoy en personalidades de la ciencia cubana».

Según subrayó el doctor Capote López, la principal deficiencia y reto para la conservación de la diversidad biológica en Cuba pasa por el necesario desarrollo de las acciones de manejo.

«No hay conservación sin manejos adecuados. Tenemos los conocimientos y las herramientas fundamentales para la conservación de la diversidad biológica cubana, lo que nos falta son los mecanismos de gestión adecuados para su implementación».

Granma